domingo, 29 de julio de 2007


jueves, 26 de julio de 2007

Aires de independencia

Debe ser que Panamá ha acrecentado más las ganas de independizarme y de irme a vivir sola ya que debo admitir que una de las cosas que estoy disfrutando más es el poder gozar de una completa independencia. Me encanta la sensación de hacer las cosas por mí sola, de moverme sola por una ciudad que no conozco y de organizar mi vida diaria de la manera que quiero.

Está claro que uno se siente mucho mejor cuando consigue las cosas por sí mismo que cuando las cosas se le dan hechas. Me imagino que esta esta es una de las mayores satisfacciones de la vida adulta, y lo que marca que un inviduo deje de ser un niño. Sin embargo, parece que los jóvenes españoles a duras penas tenemos el derecho a ser completamente adultos porque no se nos permite llegar a ser totalmente independientes.

Aunque sea sólo un sueño de tres semanas, y gracias a que mi empresa lo financia, he podido formar mi pequeña vida independiente en Panamá. He podido comprar mi comida, cenar a la hora que quiero y donde quiero, ver el canal de televisión que me da la gana...tonterías que al final me permiten organizar mi día sin tener que dar explicaciones a nadie.

Sí, somos europeos, pero la realidad de los jóvenes españoles se aleja mucho a lo que es Europa (no puedo evitar que se me caiga la cara de vergüenza cuando les explico a mis amigos europeos que a mis 26 años, con un trabajo estable, aún vivo con mis padres...cuando ellos dejaron su casa a los 18) . Sí, vivo en Barcelona, la mejor ciudad del mundo, que no me permite ni tan siquiera plantearme la idea de alquilar un piso compartido. Y no, no es que los españoles prefiramos la vida cómoda, no nos guste viajar ni abandonar el hogar familiar......Lo que pasa es que no tenemos alternativa.

martes, 24 de julio de 2007

Inolvidable

Desde que lo leí, no he podido olvidarlo:

Instantes
Jorge Luis Borges

Si pudiera vivir nuevamente mi vida.
En la próxima trataría de cometer más errores.
No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más.
Sería más tonto de lo que he sido, de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad.
Sería menos higiénico.
Correría más riesgos, haría más viajes, contemplaríamás atardeceres, subiría más montañas, nadaría más ríos.
Iría a más lugares adonde nunca he ido, comeríamás helados y menos habas, tendría más problemas reales y menos imaginarios.
Yo fui una de esas personas que vivió sensata y prolíficamentecada minuto de su vida; claro que tuve momentos de alegría.
Pero si pudiera volver atrás trataría de tenersolamente buenos momentos.
Por si no lo saben, de eso está hecha la vida, sólo de momentos;no te pierdas el ahora.
Yo era uno de esos que nunca iban a ninguna parte sin termómetro,una bolsa de agua caliente, un paraguas y un paracaídas;
Si pudiera volver a vivir, viajaría más liviano.Si pudiera volver a vivir comenzaría a andar descalzo a principiosde la primavera y seguiría así hasta concluir el otoño.
Daría más vueltas en calesita, contemplaría más amaneceres y jugaría con más niños, si tuviera otra vez la vida por delante.
Pero ya tengo 85 años y sé que me estoy muriendo.

"El desarraigado"

Panamá ha hecho reecontrarme con aquel tipo de personaje al que yo personalmente califico como “el desarraigado”. El desarraigado es una figura, que aunque no jurídica, es reconocida mundialmente y a la que yo personalmente me suelo encontrar más cuando viajo al extranjero. Obviamente, exiten muchos tipos de desarraigados, pero todos comparten una característica común....Occidentales que quieren viajar, conocer nuevos lugares, nueva gente, vivir nuevas experiencias, nuevas sensaciones y que por encima de todo, aborrecen la idea de volver a su país de orígen. La vuelta a casa significa para muchos lo más temido... estabilidad, rutina, misma gente, misma oficina, una vida que ya han vivido y que al fin y al cabo, no les ha llenado.

Como he mencionado, siempre son muchos los factores que llevan a uno a convertirse en un desarraigado. La primera razón que viene a la cabeza de todos es que son gente que seguramente no tiene un ligamen familiar fuerte y que por tanto, no les resulta tan difícil alejarse de él. Puede que también sea gente a la que muchos consideran “que tiene un problema” ya que se pasa la vida huyendo de sus propios miedos o buscando respuestas a sus propios problemas que no encuentran en ningún lugar. Puede que también sea gente que considera que su vida, el pequeño mundo en el que ha nacido y se ha criado resulta demasiado simple, resulta incongruente con el resto del mundo y que por eso, deja de tener sentido....Esa sensación la tiene ya desde pequeño, cuando aún no se ha movido de casa... la televisión, el periódico o la educación recibida se la transmite y ésta se incrementa a medida que crece, viaja y conoce diferentes realidades. Luego....se le hace insostenible la idea de volver a la rutina anterior, que no deja de desconcertarle.

Aunque yo comparta las ganas de viajar y conocer del desarraigado, siempre se me ha hecho más dificícil entender como éste no es capaz de compajinar sus viajes y aventuras con una vida estable, ordenada en su país de orígen. Sin embargo, mi viaje a Panamá junto a mi última escapada por motivos de trabajo a una pobre ciudad de Honduras llamada Tegucigalpa, me ha acercado más a entender a aquellos “desarraigados” que no quieren volver a casa, porque no quieren enfrentarse a una realidad que ha acabado siendo para ellos, irreal.

miércoles, 18 de julio de 2007

Hoy es un día especial



Hoy es un día especial, como el de la canción de Shakira, ya que por fin he decidido crear mi blog. Whereaboutsofi, orginal nombre que se me ha ocurrido por el simple hecho de que en los dos últimos años no he parado de dar vueltas...Así que pongamos que el BLOG, es una manera más de saber por dónde paro...

El motivo es que me encuentro en Panamá, ciudad a la que llegué hace dos días y en la que me voy a quedar 3 semanas. Estoy aquí por motivos de trabajo pero eso no evita que para mí sea una experiencia increíble....(aunque de momento mi visita turística haya sido el Hotel y la oficina)

El viaje para llegar a Panama fue larguísimo, 24 horas volando (Bcn-Paris-Atlanta-Panamá), un sueño horrible, mil retrasos y con una pequeña sorpresa que se ha convertido en un agradable rutina entre tantas, no llegó la maleta...No se puede esperar más cuando viajas en avión...Y lo peor es la impotencia, porque cuando pierdes maletas o te cancelan un vuelo nadie es responsable, nadie tiene la culpa...La culpa al final la tienes tu por viajar en avión!

Sin embargo, todo resultó más soportable porque tuve la suerte de conocer gente interesante y agradable con la que charlar un rato...Es curioso como a veces acabamos explicando y escuchando la vida de personas ajenas a las que sabemos que no vamos a volver nunca más en la vida. Esta vez conocí a un entrenador de fútbol del Milán que se dedica a crear escuelas de fútbol en países como México o Panamá y que me estuvo explicando como captaban a los jóvenes prodigio y cual era la clave para el éxito en el futbol....Interesante conclusión la suya: "no es tan importante la técnica, ni la condición física como la mente, que es la que marca la diferencia y la que determinará el éxito del jugador..." El último vuelo lo pasé con una madre jovencísima panameña (immigrante en EEUU) que viajaba con sus dos hijas a visitar a su familia panameña que dejó atrás hace unos cuantos años...La niña mayor de 4 años se preparaba para conocer a unos primos que nunca había visto...

Una vez en Panamá, lo primero que me sorprendió fue la increíble humedad que hace...Encima, es época de lluvias, a lo que ellos le llaman “invierno”, que te hace sudar la gota gorda a la que caminas dos pasos. La gente se mueve sólo en coche, no hay pasos de peatones y andar por la acera es una odisea (hoy he decidido ir a la oficina andando y me ha costado llegar con los pies llenos de barro y asfixiada del calor). Queda la opción de coger el taxi, que por 1 dólar te lleva a dónde le digas (menos el que por la cara te pide 10 y se queda tan ancho, luego les dices que ni de coña y encima se te enfada...)Lo mejor; yo creo que por el trauma de ser un país donde siempre hace calor, a los panameños les gusta sentir que aquí también tienen un invierno real y que por eso han de poner el aire acondicionado a toda leche para poder pasar el frío que nunca tienen la oportunidad de sentir....Voy con un jersey a todos lados...la oficina es un iglú, por no decir la habitación del hotel...es una lucha contínua entre las mujeres de la limpieza y yo...Ellas lo encienden mientras limpian, no lo apagan y hacen que me pase la noche congelada y durmiendo con jersey...Yo apago, ellas encienden...y así hasta que baje a recepción a quejarme...